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Quien visita Córdoba siempre piensa en la mezquita y no le faltan motivos para ello. No hay nada que se le parezca y no es para menos que tanta gente alrededor del mundo quiera venir a verla y conocer qué se oculta en su interior y entre sus calles aledañas, forradas de blanco y flores.

<<Córdoba lejana y sola. Jaca negra, luna grande y aceitunas en mi alforja. Aunque sepa los caminos yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento, jaca negra, luna roja. La muerte me está mirando desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo! ¡Ay mi jaca valerosa! ¡Ay que la muerte me espera antes de llegar a Córdoba! Córdoba. Lejana y sola>>.

Así lo rezaba el gran poeta Federico García Lorca y así se lo queremos transmitir. La lejanía y a la vez cercanía de una ciudad diferente, que ha pasado por tanto como otras, pero que tiene un modo distinto de hacer y sentir.

 

¿DÓNDE SE PUEDE COMER CERCA DE LA MEZQUITA?

De entre todos los secretos, queremos presentaros el que guardamos nosotros para elaborar cada día los platos más tradicionales de nuestra tierra de un modo artesano y dedicado, pensando en el mejor uso que se le puede dar a un producto y en cómo queremos que se sienta el cliente al probarlo, saboreando hasta el último de sus trozos.

Es un secreto que nos hace buscar nuestra esencia en los orígenes, el ingenio en la preparación de algo diferente con lo de siempre y la cocina con el corazón para transmitiros ese sentimiento que anida dentro de cada uno de los que hacemos posible que este restaurante siga adelante junto con la tradición gastronómica cordobesa.

¿QUÉ ENCONTRAREMOS EN LA CARTA DE ESTE RESTAURANTE?

Seguro que habéis oído hablar del rabo de toro, del salmorejo y de las berenjenas fritas, pero puede que no hayáis experimentado lo que es disfrutar de estos platos al pie de la mezquita, sintiendo la esencia de nuestro mundo y el modo en que queremos hablaros de nuestra historia, que se remonta hasta la época romana e incluye relatos de guerra donde la gente del pueblo recurría al ingenio para seguir comiendo sin desperdiciar nada, relatos de paz donde se construyeron los grandes monumentos y los palacios que nos representan con toda su elegancia y relatos de familia donde generación tras generación se seguían cocinando las mismas recetas junto al fuego independientemente de si los tiempos eran buenos o malos. Aquellos platos ya eran parte de nosotros y, gracias a los cocineros que los han ido perfeccionando, han cobrado vida propia.

¿Queréis venir a conocer nuestro mundo y comer a los pies de la mezquita?; ¿Os interesa conocer nuestra ciudad y comer en Córdoba? Si es así no dudéis en reservad ya en nuestro restaurante Patio Romano y venir a conocer nuestra variedad de recetas cordobesas, hechas por auténticos profesionales del sector.

Os esperamos con los brazos abiertos en nuestro restaurante en la Judería de Córdoba!